La primera vez que comenzaron los síntomas fue un domingo en la tarde. -«No metas esos bluyines así en la lavadora»- dijo con voz firme y segura. Esa frase salió sin siquiera pensarlo. -«¿Por qué?»- Preguntó su novio. -«Mételos volteados»- respondió ella, ahora con un poco de duda y vergüenza. -«¿Por qué?»- Volvió a preguntar él aún con los pantalones en la mano. -«No sé,» finalmente dijo ella.»- Mi mamá los metía así».
La siguiente vez no fue un consejo sino un regaño. Había intentado medio en broma, medio en serio que en su casa se limpiaran los restos de comida en el fregadero, pues podría taparse y, cuando no le hicieron caso… casi como si hubiese esperado toda su vida para decir su discurso, le brotaron las palabras como si las hubiese sabido desde antes de nacer. -«Les voy a decir algo, EL DÍA en que se tape eso YO no voy a PAGAR ni UN centavo para destaparlo, se los advierto.»
Nadie lo percibía, o al menos si lo hicieron nadie se atrevió a mencionárselo. Pero los síntomas se fueron acentuando poco a poco cada día, hasta que ya era algo natural en ella. -«¿Quién botó el café aquí?»- Le preguntó a sus compañeros de trabajo mientras algunos seguían trabajando en sus computadores y otros respondían que no sabían. -«Ahora nadie fue»- respondía ella buscando unas toallas de papel para secar el charco. -«Tengo que venir yo a limpiarlo.»
Luego de ese día notó que algo había cambiado en ella. Se preocupó tanto que se encerró en su habitación para no molestar a nadie (y no ser molestada) . Allí los cambios se acrecentaron con mucha más rapidez. Esos días comenzó a hablar sola. Ya no le ponía azúcar al té porque le desagradaba que fuera tan dulce. Achicaba los ojos para leer algo de lejos o cerca. Despertaba con dolor en la cintura.
Sus amigos preocupados se acercaban a verla pero ella los ahuyentaba. Un día se atrevieron a abrir la puerta para ver si todo estaba bien, pero no la encontraron. En su lugar había una señora que no reconocieron. Cabello gris, arrugada y encorvada. Parecía de unos 60 años más o menos. La metamorfosis estaba completa. Se había convertido en su madre.