(J)Oda al poste

Tu presencia no está lo suficientemente valorada, oh poste de luz.

Sin embargo, bajo la sombra de tu ausencia, nos invade el miedo de tener que transitar por esa calle a oscuras que contigo no parecía tan peligrosa.

Oh poste de luz, qué ingratos son los peatones que ante tu servicio ni se inmutan y cuando fallas te denigran y te insultan.

Muchos pasan sin siquiera notarte, sin saber percibir tu versatilidad.

Poste… Farol… Farola…

Existen postes de luz románticos…

Postes famosos…

Postes tenebrosos…

Antiguos…

Y modernos….

Compañeros…

Solitarios…

Te aceptamos en todas tus formas así como tú nos iluminas sin discriminación.

Pero oh poste, ahí va y te mea el perro.

Oh poste, que ahí va y te mea el borracho.

Perdónales, poste de luz, aunque luego te coloquen adornos feos en el ocaso del año.

Aunque te utilicen de canal informativo para su gato perdido, sus clases de guitarra, su politiquería malvada.

No desaparezcas, poste de luz, que tu presencia no nos falte en el camino a casa.

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