Mi transición de cabello liso a rizado

Por lo general, intento escribir en este blog experiencias de mi vida, de las cuales he aprendido una o varias lecciones y cuyo aprendizaje deseo compartir con ustedes. Aunque «nadie aprende en cabeza ajena» como decía mi madre, yo espero que al menos mis experiencias los entretengan o los ayuden a afrontar situaciones similares en el futuro. Una de estas experiencias, con la que tal vez muchas chicas se sentirán identificadas, ha sido mi transición de cabello liso a rizado, una que fue bastante larga y caótica, requirió de toda la paciencia que tenía (y de la que no también). Por eso demoré meses trabajando en este post, no solo para organizar todo lo que quería contarles, sino también para emitir una opinión más objetiva, y no dejarme llevar por la emoción del primer momento del cambio.

Antecedentes

Les contaré brevemente la historia de mi cabello. Hasta los 6 años, tenía unos rizos muy bonitos. La «Shirley Temple criolla» me llamaba mi mamá a veces, sin yo saber quién era esa. Luego mi cabello fue cambiando, especialmente porque siempre quería que mi mamá lo alisara con secador o usaba gel para sujetarlo fuertemente, en un afán por dominarlo. Todo esto causó que esos rulos desaparecieran.

Foto por María Luisa: Modelos Patricia y Verónica

Cerca de los 12 o 13 años comencé a usar tratamientos químicos como cremas alisadoras (desriz) y, a pesar de que así conseguía tener el cabello liso, debía ir cada 3 o 4 meses religiosamente a repetir el proceso.

De vuelta a las raíces (primer intento)

A los 25 años decidí que ya era momento de dejarlo atrás, que dejaría crecer mi cabello natural y, cuando tenía unos 3 o 4 dedos de raíz rizada, hice lo que los estilistas y las «bloggeras» llaman el «big chop», que no es más que cortarse el cabello bien corto para dejarlo crecer uniformemente. En mi caso fue un GRAN ERROR. Jamás había tenido el cabello tan corto, nunca me ha gustado el cabello corto, y encima un cabello que era rizado y al que no estaba acostumbrada.

Sí, sí, ahí en esa foto me veía muy feliz, pero eso fue al día siguiente de cortármelo. Dos semanas después la historia era distinta, así que, para aquell@s que estén pensando en el «big chop», mi consejo es que solo lo hagan si les gusta el cabello corto. De lo contrario, NO LO RECOMIENDO. Yo sufrí horrores, me sentía horrible, poco femenina y esto disminuyó mi autoestima. Terminé con un cabello corto y rizado que no sabía cuidar y que no me gustaba. Además, me crecía muy lento y sentía que nunca iba a salir de eso. Resultado: a los meses comencé de nuevo a hacerme químicos en el cabello y todo fue un fracaso.

Foto tomada un año después de mi corte.

De vuelta a las raíces (segundo intento)

6 años después me encuentro de nuevo haciendo la transición. Esta vez con una estrategia diferente para que no fuese tan traumático. Lo dejé crecer, sin alisar la raíz y sin cortarlo hasta que pudiera soportarlo. Así podía conservarlo largo e irme acostumbrando poco a poco al cabello rizado.

La transición es una etapa complicada. Para mí, tener dos tipos de cabello al mismo tiempo representaba una bipolaridad personal. Había días en que lo amaba, otros lo odiaba. A veces, quería cortar todo lo liso y acabar con el problema, pero luego recordaba todo lo que había sufrido la primera vez y desechaba la idea. Algunos días sentía que no valía la pena estar haciendo esto, si a mí me gustaba mi cabello liso. Era más fácil y manejable y no tenía que preocuparme ni cuidarlo tanto. Luego recordaba que ese cabello no era totalmente mío e imaginaba lo liberador que sería lucir un estilo que fuese 100% yo, olvidarme de los químicos y tener un cabello realmente saludable.

Sean cuales fuesen mis razones para volver a los rizos , podía encontrar en las redes sociales a otras miles de chicas con otras miles de razones para llevar su cabello rizado con orgullo. Que estaba de moda, que representaba sus raíces, que era ir en contra de los estereotipos, que ya se habían cansado de ser esclavas de las alisadoras, etc. Todas me sirvieron de inspiración y apoyo durante esta época.

A diferencia de la primera vez que intenté pasar por la transición, esta vez tuve la suerte de encontrar mucha más información al respecto en Internet y en las redes. Esto fue de gran ayuda ya que yo pensaba que dejar crecer el cabello al natural implicaba ya no tener que estarlo cuidando (jajajaja lo siento, tuve que parar para reírme mientras escribía eso).

Agradecimiento especial

Una de las influencers que más me inspiró fue @maria_curlyhair, cuyos consejos me ayudaron a querer y a cuidar más mi cabello. La pueden seguir en YouTube o Instagram, para aprender más sobre el cabello rizado y sus cuidados.

También pueden ver en YouTube «Los rizos de Yarah», que es la única chica que tiene vídeos con el cabello en transición y no ya con el cabello rizado, o pueden buscar en YouTube «big chop», «rizos en transición» o búsquedas similares, que les aseguro encontrarán suficiente información en caso de que estén pasando o estén decidiendo pasar por la etapa de transición a rizos.

Conclusiones

Toda la etapa de transición no es fácil, requiere de mucha paciencia y determinación, incluso de algo de indiferencia para poder soportar el hecho de que van a tener que convivir con dos tipos de cabello, durante todo el tiempo que este proceso dure. Lo pueden acortar haciendo el «big chop», solo si son lo suficientemente valientes para eso, o pueden armarse de paciencia e ir cortando el cabello cada dos o tres meses, como lo hice yo y como lo aconsejo.

Durante todo ese tiempo es crucial que cuiden su cabello. A diferencia de la primera vez que lo hice, hace 6 años, ahora hay muchísima más información al respecto en Internet. Así que comiencen a hidratar, cubrir del sol, proteger, etc, su cabello como nunca antes. Sí, esa es mi recomendación. Préstenle más atención que nunca, pero olvídense de que existe (ahora entiendo que lo de la bipolaridad era inevitable).

No les voy a dar consejos de cómo cuidar el cabello porque yo aún estoy aprendiendo a cuidar el mío. Solo les puedo decir que el aceite de coco hizo maravillas, pero lo que le puede funcionar a una tal vez no le funcione a todas. Así que les recomiendo comenzar a conocer su cabello y a probar nuevos productos de cuidado para saber qué les gusta y que no. De lo que sí les puedo hablar es de algo que pocas veces se menciona y que puede pasar durante una transición.

1- El cabello va a cambiar. Van a tener dos tipos de cabello, raíz rizada, puntas lisas y se va a ver extraño. Será raro tener un día en que se pueda realmente lucir porque o el rizado se va a ver bien o el liso se va a ver bien, pero juntos no tanto. No deben prestar atención a las críticas, a fin de cuentas es decisión propia volver al cabello natural y de nadie más.

2-Es casi imposible unificar los dos tipos de textura. No malgasten dinero en miles de cremas porque la verdad, nada de eso va a funcionar. Lo único que pueden hacer es comenzar a hidratarlo y cuidarlo. Las exfoliaciones naturales del cuero cabelludo y las hidrataciones con aceites serán sus mejores amigas.

3- Para aprender a cuidar de este nuevo cabello, busquen toda la información posible para que vayan probando lo que les funciona y lo que no. Eso sí, muchas de estas informaciones vendrán de la mano de chicas con el cabello súper espectacular (lo cual es bueno porque sabrán que sí les funcionó), pero no se desanimen si lo que les funcionó a ellas no les funciona a ustedes, o si el cabello aún no se les ve ni parecido al de ellas, porque todas somos diferentes y cada cabello es único. A veces se necesita bastante tiempo y cuidados para lograr que se vea espectacular.

4- Si pasan por la transición o el Big Chop y después se dan cuenta que no es lo suyo, que realmente no les gustaba así, está bien. No hay nada de malo. Porque a algunas personas les guste no quiere decir que a todos les tiene que gustar el cabello rizado y no son mejores o peores por llevar un estilo u otro. Lo bueno es que siempre pueden arrepentirse, como lo hice yo la primera vez, y volver al cabello liso.

El BIG SHOW, perdón… el BIG CHOP

Un día decidí que había llegado el momento, simplemente no soporté más y lo corté ¡Yo misma!

La verdad, no fue muy difícil considerando que ya tenía unos 15 cm de cabello rizado y el resto de cabello liso. Acabé con el desastre que tenía en la cabeza, evité el trauma del cabello corto y por fin me sentí libre.

De igual manera, esta vez no me dejé llevar por la emoción del primer momento y decidí esperar un mes para contarles mis verdaderas impresiones al respecto.

Para ser honestas, sí, volví al «¿para qué me lo corté?», «ay se ve muy corto», «¿cuánto tiempo tendré que esperar para que llegue por lo menos a los hombros». Pero mis rizos, así estén cortos, se ven muy lindos, siento el cabello súper suave, es como si él se estuviera portando lo mejor posible para agradecerme que no lo estoy dañando más y a veces salen unos rulos bellos como diciéndome «mira qué lindo puedo llegar a ser».

Poco a poco voy amando este cabello, acostumbrándome a mis rizos y agradezco no tener que ir necesariamente al salón de belleza como antes. Aún estoy en un proceso de identificarme y reconocerme con él. No es tan fácil simplemente cortarlo y ya sentirte maravillosa (y les recomiendo que no esperen que eso ocurra). Sé que aún falta camino. No sé si en un futuro me arrepentiré y vuelva a alisarlo, espero que no, pero siempre es bueno saber que tenemos opciones y que ya sea natural, con químicos o lo que sea, siempre podemos llegar a tener el cabello que queremos.

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Por último, para que se rían un rato, les comparto el video de mi corte de cabello.

http://veronicamatheus.com/wp-content/uploads/2021/08/20180617_151143.mp4#t=2

Dos años después del Big Chop…. valió la pena.

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